El desayuno
es el gran olvidado a la hora de encarar una dieta balanceada, culturalmente
muchos desayunan mal o no desayunan, y los que si lo hacen comen harinas y
grasas saturadas muy malas para la salud.
¿Cómo tener
un desayuno equilibrado? Dependiendo en mayor o menor medida de nuestra
actividad diaria, el desayuno debe ser nutritivo y es recomendable que contenga
todos los grupos alimenticios, vitaminas y calorías, si bien controladas,
suficientes para la actividad laboral o estudiantil, amén de las tareas del
hogar.
Lácteos,
como yogurt o ricota (requesón, queso sin grasa), son recomendables, pan sin levadura o pan negro, un poco
de jamón cocido, alguna infusión caliente, te, café (de buena calidad, no
torrado) con poca azúcar, un huevo duro, poca cantidad de varios ingredientes,
esto nos da un desayuno muy completo, no muy exagerado en calorías como la
docena de facturas….
Este
desayuno se asemeja a un buen almuerzo y es en efecto la idea, un buen y
suculento desayuno nos da la posibilidad de almorzar ensaladas o verduras,
liviano para seguir con la actividad y no quedar adormilados después de un
almuerzo pesado. La mayoría de las veces por una motivación cultural lo hacemos
al revés.
El desayuno
es importantísimo al igual que las otras tres comidas del día, pero al ser la
primera es aun la más importante porque determina como será nuestro día.
Si yo se que
vamos a extrañar las medialunas de manteca, pero quizás alguna en la merienda
nos devuelva el aliento y lo más importante es que estaremos creando hábitos
saludables de alimentación, que redundaran en una mejora sustancial de nuestra
calidad de vida.
vv
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